Es en la desembocadura del Guadiana, mirando hacia un lado y al otro de este «Gran Río del Sur», donde podemos presenciar un patrimonio cultural que marca la importancia geoestratégica de esta zona atractiva para los otrora reinos enemigos, piratas y corsarios.
Frontera natural entre Portugal y Castilla, la desembocadura del Guadiana fue una auténtica puerta de entrada y salida por donde circulaban los productos hacia y desde los destinos de la expansión ibérica, como el norte de África o las Antillas. En ambas orillas se construyeron sistemas defensivos con el objetivo de proteger a las poblaciones de guerras y ataques de corsarios y de piratería, llegando hasta nuestros días interesantes vestigios de este patrimonio militar edificado, entre los que destacan castillos, fuertes, torres y otros elementos defensivos que te invitamos a visitar a lo largo de una ruta que llena nuestra imaginación.